Cometa interestelar 2I/Borisov
Hace algo más de dos años pudimos tener la suerte de ser testigos del “paso” por el Sistema Solar de un objeto procedente de otra estrella. Un asteroide, que tras vagar durante millones de años, llego a nuestro vecindario planetario sin avisar. Fue toda una sorpresa, cuando el cálculo orbital de un débil puntito, detectado el 19 de octubre de 2017, mostraba de forma clara su procedencia interestelar. Como si nada, llegó, nos dejó echarle un ligero vistazo, y se marchó rumbo, tal vez, a otra estrella. Le dimos el nombre hawaiano de Oumuamua, que en español viene a ser algo así como “un mensajero lejano que llega primero”.
Asteroides hay a montones, y todos los días se descubren nuevas rocas orbitando entre los planetas, pero este venia de otro sol. Era la primera vez que veíamos algo así.
Era lógico suponer, que en el pasado habíamos sido visitados por objetos interestelares. Y en el mismo sentido, esperar que volviera a ocurrir, también lo era. Sin embargo, desconocíamos la frecuencia con que estos cuerpos se acercaban al Sistema Solar. Pero ahora estábamos avisados.
No hubo que esperar demasiado. El 30 de agosto de 2019 detectamos el segundo visitante interestelar, pero esta vez no era un asteroide, sino un cometa en toda regla. Su coma, su cola y demás características físicas así lo evidenciaban.
Como suele ocurrir, también fue una sorpresa. Lo descubrió el astrónomo amateur Gennadiy Borisov, desde el observatorio MARGO situado en Nauchnyy (Crimea) con un telescopio de 0,65 m f/1.5, y tras las comprobaciones necesarias por parte de la comunidad astronómica, el 12 de septiembre de 2019 fue declarado como el primer cometa interestelar detectado. Se le llamo oficialmente 2I/Borisov (la “I” hace referencia a su origen interestelar).
Registro del 2I/Borisov por miembros de la Sociedad Astronómica Granadina
Al contrario que con Oumuamua, la detección de 2I/Borisov fue más temprana, y era posible intentar captarlo con nuestros equipos de campo y los fijos instalados en observatorio. Las condiciones climatológicas no fueron favorables en Granada durante las fechas de máximo acercamiento a la Tierra. Además su débil magnitud visual, alrededor de 15, y su baja altura sobre el horizonte desde nuestra latitud, lo hacía una empresa complicada. Diferentes observaciones no dieron resultado. Aun así, la noche que va del 7 al 8 de diciembre de 2019, realizamos un último intento. En adelante su baja altura haría casi imposible registrarlo desde el Sur de la península.
Y esta vez sí. En la madrugada del día 8, Miguel Sánchez (SAG) desde el observatorio astronómico situado en la localidad de Alhendín, y Aniceto Porcel (SAG) desde el Observatorio Astronómico la Laguna (OLA), confirmaban la detección y registro del primer cometa interestelar observado en nuestro Sistema Solar.
Ambas estaciones estaban trabajando de forma sincronizada, con diferentes equipos para aumentar las posibilidades de observación del débil punto difuso que mostraba el cometa.
Secuencias de desplazamiento del cometa
2I/Borisov - Desplazamiento de 4h UT a 6h UT Miguel Sánchez (SAG) desde el observatorio situado en Alhendín (Granada)