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Galería de imágenes con textos explicativos

Cielo Profundo y Gran Campo I

Triángulo de Verano


Autor: Antonio Román Reche y Gustavo Román Reche
Óptica: Objetivo 28mm
Cámara: DSLR
Seguimiento: Piggy back sobre telescopio motorizado

En esta imagen podemos ver una zona rica en estrellas de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Las estrellas más brillantes de esta zona son Vega (arriba), Altair (derecha) y Deneb (abajo y un poco a la izquierda). Las tres forman lo que se conoce como el triángulo de verano por ser en esta época cuando se ven más altas en el cenit. Las tres estrellas son las más brillantes de sus respectivas constelaciones (Lyra, Águila y Cisne).

En esta toma se pueden ver zonas de gran densidad estelar y materia en forma de nebulosas de emisión y otras que por el contrario absorben la luz y producen zonas oscuras. Toda esta materia esta concentrada en un disco, formado muy esquemáticamente por un núcleo y brazos espirales (galaxia), pero que, por la perspectiva que nos da el hecho de estar inmersos en él, se nos presenta como una franja que cruza el firmamento.

La Vía Láctea

Autor: Aniceto Porcel Rosales
Óptica: Objetivo 28-300 f/4.5
Cámara: DSLR
Montura: Ecuatorial motorizada


Dos vistas de la Vía Láctea en la zona de Sagitario


Dos magnificas tomas de un  trozo del centro de nuestra Galaxia, mirando hacia el Sur, fuera de la Ciudad y en una noche sin nubes ni luces ambientales. Ambas son de la misma zona pero con diferente campo y zoom. En ellas se ve el centro o núcleo de nuestra galaxia, la parte o trozo más iluminado y las nebulosas de La Laguna, La Trífida y La Omega, así como la constelación de El Escudo. misma.

Cúmulo Globular M22

Autor: Jesús Miguel Ríos Palacios
Óptica: Newton 200mm f/4
Cámara: DSLR
Exposición: 6 minutos
Guiado: manual con telescopio guía en paralelo

Entre las muchas formas que tienen las estrellas de agruparse, la más espectacular es sin duda en un cúmulo globular. Estas estructuras están formadas por cientos de miles de estrellas ocupando un espacio muy reducido, si lo comparamos con la densidad de materia en el resto de la galaxia. La concentración es tal que en su centro, las estrellas están a solo unos meses luz de distancia. Podemos imaginar como una hipotética civilización cuyo sol estuviera en una de estos cúmulos, tendría una visión del firmamento muy diferente a la nuestra.

A diferencia de otros tipos de cúmulos, los globulares están formados en su mayoría por estrellas viejas, cuya edad es similar a la de la propia galaxia en la que se encuentran y a la que orbitan no necesariamente en el mismo plano galáctico sino en una esfera exterior que la rodea.

En la foto se muestra M22, un cúmulo globular en la constelación de Sagitario y uno de los más espectaculares a través de un telescopio.

 misma.

Nebulosa Dumbell, M27

Autor: Jesús Miguel Ríos Palacios
Óptica: Newton 200mm f/4
Cámara: DSLR
Exposición: 7 minutos
Guiado: manual con telescopio guía en paralelo

La nebulosa dumbell obtiene su nombre [pequeña campana] por su apariencia, ya que tiene en su interior una nube oscura, como si fuera su badajo. Tiene un diámetro de 3 años luz. Su brillo total es alto, pero por su gran extensión su brillo medio es muy bajo, requiriendo fotografías de larga exposiciones para retratarla.

Catalogada como M27, está también incluida en el Nuevo Catálogo General como NGC 6853.

M27 - Nebulosa Dumbell

​​Autores: Antonio Román Reche y José de la Higuera
Óptica: Newton de 255mm f/5
Cámara: DSLR


Las estrellas, al igual que los seres vivos, nacen, viven un periodo de tiempo y finalmente mueren. Solo las estrellas mucho más grandes que nuestro Sol, acaban sus días explotando en forma de supernova. Sin embargo, las estrellas de una masa algo menor o mayor a nuestra estrella, terminan su vida formando una nebulosa planetaria como la que muestra la fotografía. Estas espectaculares formaciones gaseosas, se producen cuando la estrella agota el hidrogeno (el combustible que las hace brillar a lo largo de toda su vida) y comienzan a fusionar otros elementos más pesados. La estrella se vuelve inestable y expulsa las capas más externas al espacio, formando bellas burbujas de gas quedando el núcleo al desnudo y formándose en el centro de la nebulosa una enana blanca.

Estos objetos son, posiblemente, los más estéticos cuando se observan a través de un telescopio, dada la gran variedad de formas y texturas que presentan cada una de ellas.

Esta fotografía muestra la nebulosa planetaria de Dumbell y es visible con pequeños telescopios o prismáticos en la constelación de Vulpécula.

Nebulosa del Velo

NGC 6992-6960

Autor: Javier Algarra
Óptica: Takahashi Epsilon 160
Cámara: Artemis 11002
Procesado: DSS, MaximDL, Photoshop CS
Fecha: Agosto 2008
Lugar: Sierra de Segura (Pontones)

En esta fotografía se nos muestra lo que queda de una supernova cuya deflagración tuvo lugar hace aproximadamente 100.000 años. Está situada en la constelación del Cisne, cerca de la estrella Deneb última de la cola en la constelación.

Realmente está formada, ya que su extensión es muy grande, por varias nebulosas distintas, anotadas en el NGC (Nuevo Catálogo General) como las NGC 6992, 6995, 6960 y 6979.

La escasa luminosidad de sus tirabuzones o cirros, exigen fotografías de larga exposición para poder captarla con todos sus detalles.

 

Nebulosa de Orión, M42

​​Autor: Jesús Miguel Ríos Palacios
Óptica: Newton 200mm f/4
Cámara: DSLR
Exposición: 26' 30''
Guiado: manual con telescopio guía en paralelo

Esta nebulosa, también llamada M42, se puede observar en invierno en la constelación de Orión, el cazador. A 1500 años luz de nosotros, es considerada una de las nebulosas más brillantes del cielo incluso a simple vista. Con un diámetro de 16 años luz, es una auténtica fábrica de estrellas. Su interior alberga nubes de polvo interestelar, numerosas estrellas en distintas etapas de formación e incluso discos protoplanetarios. Dentro de unos 100.000 años, la mayor parte del gas y del polvo será expulsado y tan sólo quedará un cúmulo abierto semejante al de las Pléyades.

Nebulosa Rosseta en Monoceros, NGC 2237

Autor: Guido Montañés Castillo
Óptica: Telescopio de 130mm
Seguimiento: Manual
Cámara: Reflex analógica
Tiempo de exposición: 2 x 40 minutos
Película: negativo Kodak 400


La nebulosa Roseta NGC 2237-37, en Monoceros, alrededor del cúmulo NGC 2244, es uno de los objetos más bellos del cosmos. Debe su nombre a su forma evidente de una rosa.

NGC 2244 es un cúmulo abierto de estrellas laxo que puede distinguirse a simple vista y resolverse en sus estrellas componentes con unos buenos prismáticos. Presenta unas 24 estrellas dentro de un área de un diámetro de unos 40 minutos de arco.

Alrededor de este cúmulo abierto está la nebulosa Roseta, que es bastante grande (un grado de diámetro), aunque es muy difícil de localizar.

Presenta un brillo rojizo debido a la emisión roja procedente del hidrógeno y no es visible a través de telescopio, sólo resulta visible gracias a fotografías de larga exposición.

Nebulosa Roseta. NGC 2237, NGC 2244

Autor: Javier Algarra
Telescopio: Astrógrafo Takahashi Epsilon 160
Cámara: CCD Artemis 1002
Exposición: 3x900'' Ha Baader 7nm 6x300'' RGB Procesado: DSS, Photoshop CS4

Situada a 5200 años luz de la Tierra, en la Constelación de Monoceros, encontramos este complejo de nebulosas de forma circular de aproximadamente 1º de ancho (unas 5 veces el área de la Luna) asociada al cúmulo abierto NGC 2244.

La radiación de las jóvenes estrellas del cúmulo central ionizan los átomos de la nube molecular de hidrógeno produciendo la forma característica de rosa, a la que debe su nombre esta nebulosa de emisión.

Nebulosa Roseta, NGC 2239

​​Autor: Ignacio de la Cueva Torregosa

Óptica: Dall-Kirkham Takahashi de 300mm f9.2
Cámara: CCD STL11000XM
Exposición: 47 horas

En esta imagen podemos contemplar un detalle de la nebulosa Roseta, catalogada como NGC 2239. Podemos observar aglomeraciones de polvo de formas caprichosas que absorben la luz emitida por la nebulosa.

Además, en la parte superior izquierda de la imagen podemos contemplar un cúmulo de estrellas jóvenes (NGC 2244) responsable de la menor presencia de polvo y gas estelar en el centro de la nebulosa (la intensa radiación de dichas estrellas ha expulsado el gas de la zona).

Nebulosas de la Laguna y la Trífida en Sagitario - M8 y M20

Autor: Guido Montañés Castillo
Óptica: Telescopio de 130mm
Seguimiento: Manual
Cámara: Reflex analógica
Tiempo de exposición: 2 x 40 minutos
Película: negativo Kodak 400

La nebulosa de Laguna y la nebulosa Trífida se encuentran en la constelación de Sagitario. Son nebulosas de emisión a una distancia de 2500 años luz y obtienen su energía de la radiación ultravioleta de estrellas calientes jóvenes situadas en su parte media.

M8 o de la Laguna es la más grande de las dos, detectable a simple vista como un resplandor parecido al de un cometa. Es una nebulosa irregular con un tamaño parecido al de la Luna llena, cruzada por una banda de polvo absorbente y ancha del que deriva su nombre. La nebulosa contiene nubes de polvo y gas en donde se forman nuevas estrellas, y regiones de hidrógeno, que dan el color rojo, como resultado de estrellas muy calientes. La mitad oriental de la nebulosa contiene el cúmulo estelar NGC 6530, que es uno de los cúmulos más jóvenes que se conocen, con tan sólo unos pocos millones de años de edad. Incluye estrellas del tipo T-Tauri que son estrellas variables con fluctuaciones irregulares.

Al su lado está la nebulosa Trífida. La parte inferior de ésta es una nebulosa de emisión difusa. En las fotografías se detecta la radiación rojiza procedente del hidrógeno, dividida en tres partes por senderos de polvo (de ahí proviene su nombre). Estos senderos, que son fáciles de detectar con un telescopio, desembocan en una estrella central triple. La parte azulada de la nebulosa, que está desconectada de la roja, es una nebulosa de reflexión.

M8, M20, M21

Autor: Javier Algarra
Óptica: Takahashi Epsilon 160
Cámara: Nikon D200 Estandar
Exposición: 4x600'' 200 ISO. Dark, DSS
Procesado: Photoshop, PixInsight
Fecha: Junio 2008
Lugar: Sierra Nevada, Granada

Esta fotografía muestra con detalle un trozo de nuestra Via Láctea. Se trata de la nebulosa de La Laguna, catalogada como M8, la nebulosa Trífida y el cúmulo globular abierto M21.

La nebulosa de La Laguna es la más espectacular de las dos. Es visible a simple vista y requiere por su extensión un ocular de amplio campo para verla completa con el telescopio.

La nebulosa Trífida (arriba en la fotografía), muestra sobre ella un pequeña zona azulada, señal de abundante hidrógeno ionizado.

Nebulosa de la Laguna, M8

Autor: Ignacio de la Cueva Torregosa
Óptica: Dall-Kirkham Takahashi de 300mm f9.2
Cámara: CCD STL11000XM
Exposición: 18 horas y 35 minutos

Nebulosa de emisión en la constelación de Sagitario.


Para conseguir imágenes tan espectaculares como la que mostramos hacen falta muchas horas de captura de luz y muchas horas de ajuste con el ordenador. Además, muchas fotografías astronómicas se presentan en "falso color", esto es, los colores que se representan en la foto no corresponden directamente con los colores que nosotros podemos ver.

Dado que los objetos celestes emiten luz en muchas longitudes de onda distintas, dependiendo fundamentalmente de su composición química, y muchas de las cuales no podemos ver (infrarrojas, ultravioletas), los astrofotógrafos utilizan varios filtros para "separar" la radiación emitida en diversos canales y posteriormente las fusionan asignando un color primario a cada componente capturada.

Para obtener la fotografía que presentamos de la Nebulosa de la Laguna, una de las zonas de nacimiento de estrellas más brillantes visible desde el hemisferio norte, se han tomado varias exposiciones con un filtro de [SII] (azufre 2) [componente roja de la imagen], varias exposiciones con un filtro de Hα (hidrógeno alfa) [componente verde de la imagen] y varias exposiciones con un filtro de [OIII] (oxígeno 3) [componente azul de la imagen]. Así pues, las zonas con una tonalidad rojiza son ricas en hidrógeno, las zonas con tonalidad verdosa son ricas en azufre y las más azuladas son ricas en oxígeno.

Nebulosa Cabeza de Caballo en Orión

​​Autor: Guido Montañés Castillo
Óptica: Telescopio de 130mm
Seguimiento: Manual
Cámara: Reflex analógica
Tiempo de exposición: 2 x 40 minutos
Película: negativo Kodak 400

La nebulosa Cabeza de Caballo (IC 434) se encuentra en Orión. Se extiende hacia abajo, desde la estrella situada en el extremo izquierdo del conocido cinturón de Orión. La forma de cabeza de caballo esta producida por polvo y gas oscuros y absorbentes que bloquean al emisión de una nebulosa de emisión roja brillante procedente del hidrogeno situada más atrás en la zona. Al nordeste de la Cabeza de Caballo, la nebulosa NGC 2023 está recubierta por la misma nube de polvo estelar.

La bonita nebulosa de Cabeza de Caballo no es visible directamente a través del telescopio, sólo resulta visible gracias a fotografías de larga exposición.

NGC 2024-B33 Flame

Autor: Javier Algarra
Óptica: Takahashi Epsilon 160
Cámara: Artemis 11002
Exposición: 6x600'' Hα 7nm Baader, DSS
Procesado: MaximDL, Photoshop CS
Fecha: Octubre 2008
Lugar: Sierra Nevada, Granada

La estrella más brillante de esta imagen (izquierda arriba) es "Alnilam", la segunda de las tres estrellas alineadas denominadas como el Cinturón del Gigante Orión.

La luminosidad de la nebulosa representada está producida por estrellas recién nacidas que iluminan la materia contenida en esa zona que abarca decenas de años luz. La nebulosa oscura en forma de "cabeza de caballo de ajedrez" está compuesta de polvo cósmico, fundamentalmente restos de una supernova.

El blanco y negro de la fotografía se ajusta muy bien a lo que es capaz de percibir nuestro ojo cuando observamos a través de un telescopio.

NGC 2024, IC 434, M43

Autor: Javier Algarra
Telescopio: Astrógrafo Takahashi Epsilon 160
Cámara: CCD Artemis 1002
Exposición: 15x900''
Procesado: Phdguiding, DSS, Maxim DL Photoshop

Mosaico de tres imágenes que enmarcan el área entre la nebulosa de la “Llama” NGC 2024 (Bajo la estrella Alnitak en el Cinturón de Orión), la nebulosa oscura “Cabeza de Caballo” IC434 y la Gran nebulosa Difusa de Orión M42. Situadas a 1500 años luz, es probablemente la región más famosa y fotografiada de los objetos astronómicos. Parte de ella puede ser observada a simple vista en la espada de la constelación de Orión.

 

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